Hoy en día la psicoterapia sigue siendo un elemento central en la gestión de la medicina. No debemos olvidar que la palabra medicina viene de medere, que significa cuidar. Un buen amigo puede ser una buena medicina para nuestras dolencias.

He de destacar que mi esposa, ayuda idónea, ha sido en muchas ocasiones un apoyo fundamental en mis momentos difíciles. De igual manera también reconozco que mis hijos, mis padres y mis amigos me han mostrado su respaldo incondicional en situaciones críticas. Es por eso que los vínculos familiares y los amigos cercanos son irremplazables para resguardar nuestra integridad emocional. Sin embargo, actualmente también entendemos nuestros comportamientos desde un punto de vista bioquímico. De hecho, cada neurona (célula básica del sistema nervioso) se comunica con otra a través de complejas moléculas llamadas neurotransmisores.

El estudio de las funciones del cerebro ha evidenciado que muchos trastornos emocionales están relacionados con alteraciones en la liberación, metabolización, o en la recepción de estas sustancias.

Con este conocimiento, la farmacología se ha dado a la tarea de ayudar a solucionar este tipo de problemas desarrollando productos que, de acuerdo a investigaciones científicas, intervienen en estos procesos. La mejor evidencia en cuanto a la efectividad de los mismos es que los pacientes mejoran sus conductas, modos de pensar y estados de ánimo con la intervención de este tipo de fármacos.

Esto no significa que la vida emocional haya sido trasformada en pura bioquímica, sino que hoy en día se complementa la ayuda psicoterapéutica con la farmacológica, potenciándose un resultado más rápido y más duradero. Sin embargo, este tipo de tratamientos debe ser prolongado, y en ocasiones de por vida, ya que a pesar de los avances médicos, aun no existen soluciones permanentes.